Once upon time...

abía una vez una Caperucita que no tenía los cabellos rubios ni era flacucha ni se veia frágil, ni grácil ni debil. Era una Caperucita digamos que poco convencional.

Al principio del cuento cuando Caperucita tomó figura de gente, conoció a un Lobo feroz traído a la región por unos inmigrantes de no se donde, total que el Lobo con sus pestañas rubias y su barba partida empezó a invitar a Caperucita primero a un café a lo que Caperucita accedió pues hacía frío, pero el Lobo salió con que no le gustaban los cafés así que la pobre niña tuvo que conformarse con una Coca-Cola mientras el Lobo ( que no era nada caballeroso, por cierto) tomaba un Be-light de limón.

Caperucita pensaba que el Lobo era alguien muy interesante porque nunca soltaba prenda, es muy reservado y poco comunicativo, y como Caperucita escribió el guión de misión imposible I, II se enrolló con el Lobo quién le insistía en llevarla al Bosque, pero Caperucita era escurridiza nunca concretaba nada; y así pasó mucho tiempo. Hasta que la curiosidad (la misma que mató al gato) le ganó a Caperucita y fué a parar al Bosque del Norte junto con el Lobo de pestañas rubias, sobran los detalles e incluso mencionar (pero lo haré) que el Lobo se comió a Caperucita.

El Lobo se borró el mapa por un tiempo, Caperucita estaba algo confundida pero aún así siguió con su vida, como si nada; supongo que el Lobo jamás se había comido una wild caperucita, cazada por himself, así que no supo si le gustó o no, o quizá se asustó, no lo sabremos. En esos tiempos que Caperucita personificaba a la protagonista de Zombie/Alicia en el país de las maravillas (pronto en cines, no se la pierda) apareció un personaje singular.

Romeo, que había hecho una participación especial en la época en la que Caperucita aún no tenía figura de gente, volvió reloaded, o al menos no solo, traía a sus espaldas a su Julieta. Caperucita pensó que Romeo seguía siendo lindo, pero pues estaba todavía confundida por el Lobo, sin embargo Romeo y Caperucita se hicieron muy amigos, de pronto se les veía pegados al teléfono por mucho tiempo (como yo estoy contando el cuento, Caperucita sabía de internet, y Romeo usaba celular, y blutut y esas cosas). Y un día Caperucita y Romeo se besaron, y ella se sintió terriblemente mal por Julieta y por las princesas que vivían al otro lado del arcoiris, pues no quería que les pasara lo mismo que a Julieta, así que sufrió una combustión instantánea y la amistad mejor se fue acabando, luego Caperucita se dió cuenta que Julieta traería al mundo a un pequeño Hamlet, y que Romeo, por supuesto conoció a Lady Macbeth con quién sostiene un romance.

Para esos días el Lobo feroz había vuelto con todo y sus pestañas rubias, le había ofrecido disculpas a Caperucita, por haber sido un bruto, un idiota (eso no lo dijo pero como si lo hubiera), un mala gente y más que nada por haber sido tan voraz y poco civilizado que ni cubiertos utilizó en aquella ocasión. Como ya mencioné antes a Caperucita le encantaban las misiones imposibles entonces dijo Vale! está bien no te atosigues Lobo ya saldrá mejor, pero el Lobo aparte de bipolar estaba obsesionado por saber si a Caperucita la habían convidado a otros banquetes y lo más importante. saber si ella había fungido como plato fuerte. Y Caperucita le decía que no, y era la verdad, y el Lobo aparentemente lo aceptaba pero supongo que no lo creía.

Caperucita seguía enganchada, pero eso no le impedía que se paseara o que pensara en otras cosas, un día tomó su canasta y la llenó de panecillos y facturas y fué a visitar a su amigo el Cascanueces al pueblo de Todos Lados sin Ley, y la pasó realmente bien, y ahí divisó al Príncipe Felipe (el mismo de la bella durmiente) y Caperucita pensó que es muy guapo, o quizá tan guapo como todos los príncipes que se dan allá por Europa Oriental, pero era el único que Caperucita había visto, y Caperucita empezó a divagar y su imaginación al full, pero esa noche no pasó nada.

Y como el Lobo brillaba por su ausencia, Caperucita volvió al pueblo Todos Lados sin Ley, esta vez en su canasto solo llevaba unos cheques y facturas (los panecillos se los comió en el camino) y se hospedó con su gran amigo el Cascanueces; las intenciones de Caperucita eran hacerse notar con el Príncipe y conocer a otro amigo del Cascanueces, el talentoso Sir Galahad. Sin embargo, las cosas no resultaron por el plan, el Príncipe tenía unos asuntos pendientes con un dragón y no pudo acompañarlos al restaurant.

Pero fue una buena sorpresa, Sir Galahad resultó encantador, servicial, dulce, tierno y caballeroso!!, pero en ese momento Caperucita no hizo ningún movimiento porque al parecer a su amiga Ricitos de Oro le había gustado. Al volver Caperucita de allá completamente feliz, porque a ella le gustan mucho las experiencias nuevas, y casualmente se dió la ocasión para que Caperucita le contara al Lobo su fin de semana, al Lobo no le pareció que Caperucita fuera a visitar al Cascanueces pues no lo conocía ni había escuchado nada de el, Caperucita omitió en su relato al Príncipe Felipe pues no venía al caso, pero le contó sobre Sir Galahad y no dijo ni una palabra, solo quizo recuperar su lugar, con palabrería barata, y promesas tan conocidas por Caperucita: mismo modus operandi de siempre, mismos personajes, diferente situación y aún así mismo resultado.

A la semana de esto, el Cascanueces le dijo a Caperucita que si quería platicar con el Príncipe y le dio la manera para hacerlo, al siguiente día Caperucita tenía que viajar al pueblo Todos Lados sin Ley, como ahí estaba asentado el Príncipe hicieron cita para el día siguiente ir a cenar juntos. Y sí sucedió!! aunque para ser honestos eso fue todo lo que sucedió, pero de una cosa está segura Caperucita habrá una segunda vez, y habrá besos en esa segunda vez.

Y el lunes Caperucita se llevó una dulce sorpresa, a pesar de que había estado en contacto por e-mail con Sir Galahad, el probó su amistad y su muy muy probable interés en Caperucita, entonces ella tuvo que tener una plática con su amiga Ricitos de Oro, una vez que Ricitos diera su bendición, Caperucita se quedó completamente confundida.

Sin embargo, una cosa tiene muy segura, dado que el Lobo de las pestañas rubias dió el primer paso, y de que que Caperucita estaba cansada y harta y fastidiada, a fuerza de querer siempre embonar unas piezas que aunque del mismo cuento, una pertenecía a la orilla y él al centro. Caperucita se ha declarado incompetente para entenderlo e incluso ya tiene dudas de poder quererlo...

Por lo pronto, sabe que a pesar de ser uno un príncipe, y el otro un caballero habrá que conquistar con el que se decida, y saben que, Caperucita misma me ha confesado que Sir Gallahad va ganando =)

continuará....